sábado, 20 de junio de 2009

Blanco y negro al Carbón

Ahora que ha comenzado la explotación de carbón en la Mina El Descanso por parte de la compañía Drummond, en lo que se ha conocido como el proyecto de explotación carbonífera más grande de Latinoamérica, es necesario hacer el seguimiento en cuanto al cumplimiento por parte de la compañía de los compromisos definidos en la licencia otorgada por el Ministerio del Medio Ambiente, no solo en la obligación de no contaminar y minimizar el impacto ambiental, sino en cuanto a la reducción de la contaminación que ha generado por mucho tiempo la explotación minera en esta región.

Esta es una labor que compete a todos los habitantes de los municipios más afectados del Departamento del Cesar como El Paso, La Jagua, Becerril y Chiriguaná y de igual forma a los gobernantes y alcaldes municipales en su gestión de control ante aquellas compañías que efectúan dicha explotación. Esta labor no solo se limita a captar oportunamente las regalías que recibirán por concepto de la explotación y su correspondiente destino a obras de beneficio general, sino al control severo, diligente y eficaz en cuanto al cumplimiento de los requisitos y obligaciones mencionados.

De no ser así, la región se verá enfrentada, en futuro cercano, a una contaminación ambiental severa que afectará todo el entorno de dichos municipios en un área que va más allá de las 47.000 hectáreas que corresponden al campo de explotación, los corredores viales, carreteras y vías de ferrocarril por donde se conduce el carbón a puerto, así como el mismo entorno marítimo del puerto de embarque. Dicha afectación se dará principalmente en la explotación ganadera, agrícola, en la pesca y hasta en la misma supervivencia de la población circundante,

De nada servirán las multimillonarias ganancias en regalías que recibirá la nación y los municipios afectados, ya que esos recursos no serán efectivos en un territorio explotado, desolado y en últimas, abandonado a causa de la contaminación ambiental.

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