sábado, 22 de agosto de 2009

Agonizan los océanos

El océano, un receptor de desechos
Un informe publicado por El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alerta sobre el "problema global creciente de la basura marina". Los plásticos, sobre todo las bolsas y las botellas, son el principal residuo encontrado en los océanos de todo el mundo (más del 80% del total). Preocupa porque es un problema duradero y acumulativo: se estima que el plástico tarda cientos de años en degradarse.

El informe también destaca los restos de cigarrillos, en especial los filtros y los paquetes de tabaco, que en el Mediterráneo y en las zonas ecuatoriales costeras estudiadas suponen hasta el 40% y más del 50% de la basura marina, respectivamente.

Imagen tomada de: ecologiaverde.com

De cualquier forma que se analice, el mar se ha convertido en un gigantesco vertedero de basuras y descechos. Así se deduce de diversos informes sobre contaminación marina, entre ellos, este reciente de Naciones Unidas. Los océanos de todo el mundo acumulan millones de toneladas de residuos, desde bolsas y botellas de plástico, hasta restos de cigarrillos, televisiones, frigoríficos o camas. Los expertos señalan que los residuos se concentran más en determinados lugares del océano. Los daños a la biodiversidad marina y a la economía son cada vez mayores.

La cantidad total de basura oceánica es desconocida, debido a la falta de estudios y a que buena parte de los residuos no se ven. Acaban en el fondo o ingeridos por los seres vivos marinos. Greenpeace estima que el 10% de la producción mundial de plástico se deposita en los océanos. Se ha calculado que la fabricación global de plástico es de 225 millones de toneladas al año.

Imagen tomada de: oceans.greenpeace.org

En cuanto al origen de los restos, un 20% procede del tráfico marino y el 80%, de tierra firme.
El informe, que analiza 12 regiones marinas de todo el planeta, alude a los mares de Asia Oriental, con una población de 1.800 millones de personas, el 60% en zonas costeras.

El aumento de la actividad pesquera e industrial y la falta de sistemas de tratamiento de residuos han convertido al Océano Índico, los mares del sur de Asia y el sur del mar Negro, entre otros, en un enorme basurero flotante.Las aguas del Pacífico, frente al archipiélago de Hawai, se han transformado en un vertedero de tamaño similar al de Europa. La corriente giratoria de este océano transporta la basura arrojada desde Canadá, EE.UU., Japón y China a esta zona, descubierta en 1997 por el marino Charles Moore. No es una mancha compacta o una isla flotante, como se ha afirmado en algunos medios. Según Moore, es una especie de sopa con desechos diseminados de todo tipo y tamaño, desde trozos pequeños de plástico hasta televisiones o frigoríficos, que gira con la corriente oceánica.

Imagen tomada de: primaria22colon.blogspot.com

El Mediterráneo es otro de los puntos negros denunciados por científicos y ecologistas. Tras varios años de trabajo en el Mare Nostrum, Stefano Aliani, investigador del Instituto de Ciencias Marinas del Consejo de Investigación Nacional de Italia (CNR), afirma haber encontrado todo tipo de residuos flotantes, incluidas puertas y camas.

La basura superficial podría ser la punta del iceberg. Un estudio de 1994 en la costa española, francesa e italiana localizaba en el fondo marino 1.935 unidades por kilómetro cuadrado, la mayor parte bolsas de plástico. No resulta extraño ya que España es el principal productor europeo de estas bolsas desechables: unos 16.000 millones al año.

Es tiempo de acciones de salvamento

Limpiar las playas en las costas de todos los países, demandan grandes desembolsos al año. El vertido de desechos industriales o agrícolas, como fertilizantes nitrogenados, provoca una acidificación de los océanos y el aumento de zonas muertas. En ellas, la ausencia de oxígeno supone la desaparición de los seres vivos. Diversos estudios, entre ellos de Naciones Unidas, han puesto de manifiesto el rápido aumento de estos puntos sin vida en todo el mundo.

Los expertos aseguran que todavía se puede luchar contra este problema si se toman las medidas adecuadas. Los ecologistas subrayan que el mar es el gran olvidado de los responsables institucionales. Por ello, les reclaman la aprobación de normas que impulsen la reducción de los residuos y su correcto tratamiento, además de medidas concretas para hacerlas cumplir y penalizar a quienes las infringen.

Los consumidores también son esenciales, ya que pueden reducir el uso de productos empacados en plástico, reducir el uso de estos envases, y los que usen reutilizarlos y reciclarlos. La conciencia ecológica sirve en tierra firme y en el mar: no arrojar nada al agua o tirar los residuos en contenedores apropiados son gestos vitales para la vida oceánica. El año pasado, casi 400.000 voluntarios recogieron más de tres millones de kilos de basura en playas de 104 países durante el Día Internacional de la Limpieza Costera.

Los científicos y las ONG pueden desarrollar más investigaciones para conocer este problema y tomar medidas prácticas. El proyecto Kaisei ha enviado un barco a la zona del Pacífico, que concentra toneladas de basura, para conocerla mejor y estudiar cómo se podría limpiar con el uso de robots.

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